El escándalo de la colocación de participaciones preferentes y otros híbridos similares a los clientes minoristas por parte de Bankia y demás entidades constituye el mayor fraude financiero que hemos conocido nunca en nuestro país.
Entramos en fechas calientes para el proceso, pues acaba de producirse el obligatorio canje de preferentes en acciones, y entramos en la vergonzante fase del “arbitraje”.
Después de sufrir los preferentistas una quita media inicial del 38 % impuesta por la Troika, estarán sometidos a una nueva pérdida derivada del precio de canje que impuso el Estado, 1,35 € por acción, cuando la cotización real una vez los minoristas podían comenzar a vender sus acciones no llegaba siquiera a los 60 céntimos , ¡ más del 50 % adicional de pérdida impuesta !
Por si estas actuaciones no fueran ya suficientemente indecentes, ahora llega un segundo fraude a los consumidores: la solución del arbitraje propuesta desde el Gobierno a la medida de los intereses de la Banca, quien, viendo venir la avalancha de reclamaciones judiciales, incluso penales, condenas en costas, etc. que se le venía encima, consigue a través de este medio contener sus posibles perjuicios económicos utilizando, para empezar, un artificioso filtro de clientes candidatos a someterse al arbitraje que llevará a cabo la consultora KPMG contratada por Bankia, que lógicamente sólo permitirá que vayan a los árbitros los casos más flagrantes, y además fija una cuantía máxima a percibir por los afectados. En definitiva, una vergüenza.
Mediante una poderosa campaña publicitaria, Bankia está intentando convencer a los afectados a fin de que procedan a cursar la solicitud de arbitraje. Sin embargo, desconfiemos de la recomendación de la entidad financiera y, antes de tomar ninguna decisión, efectuemos una consulta a un abogado experto en la materia , proporcionándole toda la documentación y antecedentes de los que dispongamos, para que valore la conveniencia de acudir a la vía judicial, donde los afectados tendrán más opciones para hacer valer sus pretensiones tendentes a recuperar la totalidad del dinero invertido y hurtado por la Banca.
Esperemos que en el futuro no haya que alertar de esta manera a los consumidores, porque estén funcionando como Dios manda las instituciones públicas de control. Mientras tanto, ojo avizor.
José Angel Hernando.
Asesoría jurídica SOLVO.